Testimonios
«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo».
Eduardo Galeano
“La experiencia hay que vivirla para sentirla”
Aunque ya han pasado unos meses , desde mi viaje a Er-Rachidia, lo recuerdo como si solamente hiciera unas horas, tengo tantos recuerdos buenos y alegres , al igual que algunos más tristes, que me hacen pensar que antes o después volveré.Cuando decidí hacer el voluntariado, tenía claro que me traería experiencias que seguramente nunca olvidaría, y así es, tengo grabados cada uno de los días que pase en ese magnífico lugar , totalmente desconocido para el resto del mundo y en el que conocí el significado verdadero de palabras como son la felicidad , necesidad y solidaridad.Pueden contártelo, o enseñarte alguna foto o video pero los sentimientos y las experiencias sino se viven no hay forma de explicarlas, ni demostrarlas.Mi voluntariado fue en Semana Santa de 2019 junto a mi prima, la decisión no fue fácil pues teníamos mucha incertidumbre de ,nos pasará algo? , estaremos bien? ó merecerá la pena?Una vez llegamos a Marruecos, y más concretamente cuando conocimos a nuestros coordinadores , esas preguntas empezaTuvimos la gran suerte de ser un grupo de voluntarios con una misma misión y era unicamente la de ayudar y traernos para España un sin fin de recuerdos y momentos inolvidables.Una vez en la vida debería ser obligatorio vivir una experiencia así, además de ayudar a los demás que ya es una bonita labor, descubres en tí una serie de sentimientos , emociones o capacidades que seguramente en otras ocasiones no las habías conocido, porque todo el mundo tenemos ese lado humilde, solidario y especial.Durante la estancia hice todo lo que pude y más, porque sentía que cuanto más dejara allí mejor me sentiría y así fue, cuando una experiencia o un lugar te deja con ganas de volver es porque vale la pena.Espero y deseo volver a ver a mis “ hermanos de ErRachidia” estoy seguro que será pronto.Un saludo.
“Y todo esto ocurrió en una semana!”
Todo ocurrió a finales del año 2019. Tenía dudas de cómo acabar el año y fue entonces cuando me dije a mi misma: ¿Por qué no ayudar a los demás? Y aquí comienza mi aventura.Recuerdo que los días previos al viaje estaba muy nerviosa, nunca había salido de Europa y me daba miedo meter la pata. Sin embargo, para mi sorpresa, todo es mucho más sencillo de lo que parece, o al menos en mi caso ha sido así. La asociación se encargó de ir a buscarnos al aeropuerto y viajamos todos juntos (fueron tantas horas de viaje que ya llegué a la casa con amigos nuevos) y una vez allí, al día siguiente, nos enseñaron el pueblo y nos explicaron los talleres. Al principio, me pareció todo muy desordenado, pero Marruecos es eso “el orden dentro del desorden” y, por muy raro que parezca, todo funciona perfectamente así.Con el paso del tiempo, nos hemos ido familiarizando con la casa, los compañeros, los costumbres… (Incluso ya nos llamaba tanto la atención el ver a los corderitos colgados en la entrada de los bares). Poco a poco, hemos ido aprendiendo algunas expresiones (muy básicas)de Darija y eso nos permitía ir a la tienda con soltura, hablar un poco con los niños etc. La semana pasó demasiado rápido y yo, que en un principio creía que me iba a otro país a cambiar un poco el mundo, me he llevado la sorpresa de que esta experiencia me ha cambiado a mí. Gracias a poder vivir con personas de otra cultura, en un pueblo humilde de Marruecos y con costumbres muy diferentes a las mías, he podido potenciar los valores de respeto y tolerancia que ya tenía hacia esta cultura. Y, expresiones muy comunes como “la prisa mata” han cambiado mi filosofía de vida, y ya no vivo corriendo sino que trato de buscar la calma y la tranquilidad, valorando las pequeñas cosas y dejando lo superficial en un plano secundario.Es increíble lo mucho que ha influido esta experiencia, de forma positiva, en mí. Me llevo en el corazón a muchas personas, tanto de Marruecos como de España, que para mí ya son parte de mi familia. Volvería a repetir todo lo vivido esta semana una y otra vez. Gracias Mano de África, gracias familia.
“Magia”
Esta experiencia con mano de África como bien he dicho anteriormente para mí ha sido mágica.He tenido la oportunidad de conocer el encanto tanto de la cultura como el de las personas, las cuales siempre se preocupaban por verme sonreir.Tanto las personas de esta organización como las de la aldea, desde el minuto 0 me han acogido con los brazos abiertos y me han dado mucho amor.Es una experiencia que recomiendo que viváis al menos una vez en vuestra vida, aunque en mi caso… han sido y serán más…con eso creo que lo digo todo.Os animo a que salgáis de vuestra zona de confort y descubráis una de tantas realidades¡Os espero con los brazos abiertos en los próximos proyectos!
“Conociendo la felicid”
Ha pasado ya más de un año de mi viaje a Marruecos, y lo que pensé que iba a ser una experiencia bonita, acabó siendo única e inimaginable. Recuerdo perfectamente el momento en el que junto con mi amigo Mikel y tres voluntarias (quienes a día de hoy las puedo considerar más que amigas) cogimos un avión sin saber exactamente qué era lo que nos esperaba, y sin duda, no éramos conscientes de la sorpresa tan grata que nos íbamos a llevar. Desde el momento que pusimos el primer pie en Marruecos, no paramos de aprender y disfrutar. Aprendimos el verdadero significado de felicidad, dejamos atrás todos los caprichos materiales que solíamos tener tanto nosotros como la gente de nuestro alrededor, desconectamos de los teléfonos móviles e invertimos todo nuestro tiempo en el resto de personas. Volví a casa habiendo vivido dos de mis mejores semanas de mi vida, llenas de cariño y momentos inolvidables. Por no mencionar las cartas y los dibujos, las canciones que cantábamos todos juntos por las noches y por supuesto, las sonrisas tan puras de los niños.Una de las cosas que más me sorprendió, es que el hecho de ayudar, no conoce de tipos de gente. La gran mayoría éramos diferentes, pero a todos nos unía el echar una mano a gente más necesitada. Quizás nos entendimos tan bien todos por eso, todos sacamos lo mejor de nosotros mismos e intentamos que la gente de allí nos viera como sus hermanos, lo que al final acabamos siendo. Personalmente, puedo decir que aprendí más de lo que enseñé, aprendí el verdadero amor humano, ser agradecido y la importancia de saber ver y disfrutar del significado de la vida.Espero haber dejado huella en esos maravillosos niños, ojalá la misma que ellos dejaron en mí, y, sobre todo, confío en poder volver adonde me hicieron sentir como en casa, ya que como dicen, uno siempre volverá adonde fue feliz.
“Un voluntariado que debería durar toda una vida”
Mi experiencia como voluntaria en Mano de África nunca la voy a olvidar ya que fue mi primer voluntariado fuera de España. Llegué con incertidumbre por ver cómo trabajaban allí con los chicos y chica y me fui llena de amor, con una familia nueva y con la alegría de saber que los niños y niñas siempre iban a tener un lugar en el que jugar seguros y tranquilos. Con el paso de los días el grupo se convirtió en una gran familia, y los niños y niñas nos hacían ver que también formábamos parte de la suya. Las barreras lingüísticas no eran ningún problema porque siempre había una sonrisa con la que todos nos agradecimos el hecho de estar allí. El camino no se acaba cuando acabas el voluntariado, así que sin duda volveré para seguir creando un vínculo con todos os chicos y voluntarios y coordinadores, y asi contribuir a realizar de este mundo algo más bonito.Sólo con cambiarle la vida a alguien ya merece la pena, así que creo que entre todos los que estuvimos allí conseguimos algo grande que no puede terminar. Sobretodo, gracias al trabajo de los y las coordinadoras.
“Una experiencia inolvidable”
Recomiendo a todo el mundo a aprovechar este viaje de vida para darnos cuenta de lo que de verdad importa; sin duda, un aprendizaje vital. La gente que vive alli te acoge como uno mas, los niños y niñas siempre con una sonrisa agradeciendote todo lo que haces por estar alli, los monitores muy cercanos y muy responsables. Contando los dias para volver de nuevo. Sukram!!
“Mano de África, una experiencia inolvidabe”
Hola, mi nombre es Sara, y fui voluntaria durante el verano de 2019 en Mano de África.Yo iba acompañada de mi grupo Scout, pues ese año decidimos hacer un campamento como voluntarios en Marruecos, y encontramos esta asociación, la cual desde el primer momento se prestó a darnos cualquier tipo de ayuda y nos facilitaron mucho el proceso, con total confianza y transparencia. Contactamos con ellos desde Valencia, donde residimos nosotros, y en unos meses lo dejamos todo listo para poder ir a esta nueva experiencia.
Llegamos a Marruecos el día 10 de julio y, tras unos días, acudimos a Er-Rachidia, donde se encontraba la asociación. Nuestra sensación desde el primer día en que llegamos fue maravillosa, pues los coordinadores hicieron todo lo posible por que nos sintiéramos como en casa. Y lo más importante de todo, los niños no podían ser personas más agradecidas y genuinas. Veías sonrisas de esas que no ves a los niños españoles por la calle, veías personas que de verdad apreciaban un gesto, veías personas que compartían lo que tuviesen contigo… veías personas. En definitiva, fue sin duda una experiencia que marcó un antes y un después en mí y que sin duda cuando pueda repetiré. Me despertó una vocación que nunca había sentido tan intensamente y me encantaría que todo el mundo tuviese la oportunidad de vivirlo en primera persona y darse cuenta de lo que tiene y la belleza que hay en la diversidad. Sólo espero volver pronto. Gracias por todo.
